Se llama Sisa Abu y recientemente fue reconocida por el gobierno de Egipto como la “Madre Ideal”. ¿A qué se debió el reconocimiento?, a que durante 40 años se vistió con ropa de hombre para hacerse pasar por uno.
La decisión la tomó luego de que falleciera su marido, mientras ella estaba embarazada; tras dar a luz empezó a aparentar que era un hombre, ya que siendo mujer las posibilidades de conseguir trabajo eran prácticamente nulas.
«Mi marido murió cuando yo estaba embarazada de seis meses, no tenía a nadie que me apoyara» Afirma Sisa |
La historia de Sisa Abu Daooh es sorprendente, conmovedora y admirable. Es la historia de una mujer que con apenas 21 años, y un bebé en camino, se quedó sola y tuvo que ingeniárselas para poder darle de comer. Nacida en Egipto hace 64 años, la tradición condena a las mujeres que enviudan a vivir de la caridad, sin posibilidad de optar a un trabajo digno.
Sin embargo, Sisa Abu Daooh se resistió a que este fuera su futuro para el resto de su vida, y también para su hija. De ahí que decidieratransformarse en un hombre, adoptando su vestimenta y parte de sus costumbres (iba con ellos a rezar a la mezquita), integrándose hasta el punto de no ser descubierta durante años. Hasta algunos medios de comunicación descubrieron el «engaño».
El coraje de esta madre ha sido reconocido por el propio presidente egipcio Sissi, que la condecoró hace unos días.
Sisa Abu Daooh no se arrepiente de la decisión que tomó: «Los que no estén de acuerdo, se pueden ir al infierno», afirma en una reciente entrevista.
A la edad de 21, se negó a casarse o a vivir de la caridad, como manda la tradición. Determinada e independiente, decidió trabajar para mantener a su hija. Sin saber leer ni escribir pocas opciones se le ofrecían en Egipto, donde el reparto de roles tradicionales está bien establecida, especialmente en los pueblos del Alto Egipto, de donde ella es originaria. Además de un ambiente conservador, teme las críticas y también el acoso sexual, muy común en Egipto.
Es entonces cuando la joven toma una decisión radical: vestirse como un hombre. Con el cabello rapado y una «jellabiya» (traje tradicional masculino), trabajó durante años en la construcción, la fabricación de ladrillos, o en el campo. Prefiere los pueblos donde nadie la conoce.
Mejor madre trabajadora
Su caso llegó finalmente a los oídos del presidente egipcio Abdel Fattah al-Sissi que la invitó a El Cairo el 21 de marzo, con motivo del Día de la Madre, para darle la medalla de «Mejor Madre trabajadora».
Desde que su «secreto» fue revelado, los habitantes de la ciudad la reconocen y las reacciones han sido muy positivas en general. «Esta es una mujer excepcional que ha vestido día y noche la ropa de los hombres y lo más increíble es que nadie se dio cuenta. La tratábamos como un hombre y es un deber honrarla hoy», asegura uno de los clientes que va a lustrarse los zapatos.
Ahora gana entre treinta y cuarenta libras egipcias al día, el equivalente a cuatro o cinco euros. Las autoridades egipcias han prometido una ayuda equivalente a 6.000 euros, pero Sisa dice que seguirá trabajando. A esta hiperactiva mujer es difícil imaginársela como ama de casa: «Yo me moriría si me quedara en la cama. Sería muy aburrido si sólo durmiera y orara. Cuando trabajo, mis músculos se despiertan. Soy una mujer de acero».
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